La dermatitis seborreica es una dermatosis inflamatoria crónica que afecta tanto a los niños como a los adultos. Se caracteriza por la presencia de placas eritematosas mal definidas con descamación superficial, las cuales tienen predilección por las zonas con abundantes glándulas sebáceas; asimismo, su aspecto varía considerablemente según el sitio afectado. Aunque existen muchas teorías acerca de las posibles causas de la enfermedad, su etiopatogenia aún se desconoce. Entre los factores asociados con el desarrollo de la dermatitis seborreica se encuentran los hongos del género Malassezia residentes de la piel, la piel seborreica, los niveles hormonales, los déficits nutricionales, los trastornos neurogénicos, etc. En las formas agudas y subagudas existe una leve hiperplasia psoriasiforme con ligera espongiosis y un infiltrado linfohistiocitario perivascular. Los folículos se encuentran taponados por ortoqueratosis y paraqueratosis y escamocostras que contienen neutrófilos. En las formas crónicas de la enfermedad, se suma a lo anterior la dilatación vascular del plexo superficial.
Las manifestaciones clínicas varían según la edad en la que aparece el trastorno, aunque en todos los pacientes se observa un estado de la piel llamado seborreico. En los primeros meses de vida, la forma más común de la enfermedad afecta al cuero cabelludo y a los plieguesñ, con descamación grasa y costras; en los adultos se ven distintas variedades, como pitiriasis capitis o caspa, blefaritis que suele asociarse con afectación facial, dermatitis pitiriasiforme, dermatitis seborreica de los pliegues, foliculitis y eritrodermia. El diagnóstico de la enfermedad se basa fundamentalmente en la historia y el examen clínico del paciente.
Esta NOTA INFORMATIVA , no es más que un complemento a las explicaciones que me ha solicitado en la consulta.
Espero que le sean de utilidad para comprender mejor su cuadro clínico.